Hago un paréntesis en mi aburrido post-operatorio para colgar aquí estas escasas palabras.
Hace cuatro años yo trabajaba en el Ayuntamiento de El Campello. A las 9 de la mañana estaba en clase de valenciano cuando el marido de una compañera llamó por teléfono y nos informó a todos de lo que había ocurrido en Madrid. El estupor al principio, la incertidumbre, después. El miedo de todos.
Sólo recuerdo la tristeza que nos invadió y los días posteriores de temor, de tener que coger trenes o autobuses y pensar que a cualquiera nos podía haber tocado. Hoy, cuatro años después al volver a ver imágenes vuelve el mismo sentimiento de pena y tristeza.
Esto sólo es un recuerdo para las víctimas. Que sepan que no podremos olvidar nunca ese día de marzo de 2004.
Hace cuatro años yo trabajaba en el Ayuntamiento de El Campello. A las 9 de la mañana estaba en clase de valenciano cuando el marido de una compañera llamó por teléfono y nos informó a todos de lo que había ocurrido en Madrid. El estupor al principio, la incertidumbre, después. El miedo de todos.
Sólo recuerdo la tristeza que nos invadió y los días posteriores de temor, de tener que coger trenes o autobuses y pensar que a cualquiera nos podía haber tocado. Hoy, cuatro años después al volver a ver imágenes vuelve el mismo sentimiento de pena y tristeza.
Esto sólo es un recuerdo para las víctimas. Que sepan que no podremos olvidar nunca ese día de marzo de 2004.