Un individuo es alguien único. Tiene su personalidad, o se presupone, sus ideas, sus costumbres, usos, etc. Este individuo, llegado el momento, puede perder su idiosincrasia, para convertirse en un borrego más del ganado. No trato de insultar a nadie, tan sólo hacer un análisis o reflexión de por qué la gente de ser alguien único, se convierte en masa, es decir, en rebaño, y de esta forma hacer lo mismo que hace el resto.
Esto viene a dos sucesos que he visto y vivido, por ese orden, en esta semana. La película ‘La ola’ se sitúa en un instituto alemán con jóvenes calcados a los que hay en casi todo el mundo. Un profesor imparte un curso sobre la Autocracia y se propone ver hasta dónde son capaces de llegar los alumnos, mediante unas ‘prácticas’. El resultado es desastroso, se le escapa al docente de las manos. Todos actúan a una, cegados por unos ideales que se inventan. Jóvenes que al comienzo de la semana son gente normal y, cuando llega el viernes y con él, el fin del curso, se han convertido en algo distinto. Los alumnos se convierten en masa.
Por otro lado, el pasado miércoles, asistí al aula de cultura de la CAM para ver a Juan José Millás que impartía una charla acerca de las Palabras. Como jugaba España con Turquía, supusieron que asistiría poco público y nos enviaron a una sala pequeña que hay en la parte de arriba del edificio. La gente que hacía cola es evidente que quería estar en primera fila. La minisala se llenó en menos de tres minutos y, nos mandaron bajar a la sala grande. La estampida fue de aúpa, otra vez la masa, incluida yo, actuando con rapidez para no perder la buena posición ganada en la cola de entrada.
Estas actitudes me llevan a la actualidad política, da igual que sea en el ámbito local, que autonómico que nacional. La gente está dividida entre los partidos políticos como si les fuera la vida en ello. Leer los comentarios que dejan los lectores en los periódicos digitales, a veces, es de lo más divertido. Se ensañan unos con otros defendiendo sus ideales sin importarles nada las corrupciones que hay por un lado u otro. Lo de que roben dinero da igual. Si es mi partido está bien y justificado…Lo que digo: los borregos, al rebaño.
3 comentarios:
Gran reflexión Marisol. Me ha gustado!!
Gracias, Sirvi.
Muy buena entrada, Mari, y muy buena reflexión. Es cierto que no nos damos cuenta de que el empeño que ponemos a veces en ser distintos a los demás es lo que nos hace más borregos, si cabe.
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