sábado, 20 de septiembre de 2008

Lecturas de verano



Este verano, sin duda, ha sido el que más tiempo he podido dedicar a una de mis aficiones: la lectura. Si hago un recorrido por los libros en los que se posaron mis ojos (Dios, no parezco yo, hablando así) me quedo con 'El asombroso viaje de Pomponio Flato', de Eduardo Mendoza.


Es un libro ingenioso, divertido, original, rico en adjetivos, ameno y que engancha desde el principio, pero claro, ¿cuándo no ocurre esto con Mendoza? Conforme lo acabé lo cogió mi hija Elena y en pocas horas acabó con él. Es más divertido cuando alguien cercano lee también para poder comentar 'la jugada'.


A Trueba, David, lo descubrí con su primera novela 'Abierto toda la noche'. En el cine, mucho antes con su película 'La buena vida'. Lo admiro profundamente desde entonces, grandísimo cineasta, guionista y escritor. 'Saber perder' es un libro que trata de las realidades humanas cotidianas, cosas que nos pueden ocurrir, y de hecho, ocurren a diario, pero narradas de forma magistral. No desgrano nada por si alguien se decide a leer.


El último de Paul Auster, 'El hombre en la oscuridad' no sólo Xavi lo esperaba ansiosamente para devorarlo, aquí una servidora también. El final me decepciona un poco, pero aun así, y aunque me dijeran esto, lo leería. Me da la impresión de que es un libro acabado con demasiada rapidez, un buen inicio, original, se cuentan dos historias que al final se entrecruzan, realidad y ficción, o simplemente realidad. Tiene alguna situación común con 'Broklyn follies' como el padre y la hija, Nueva York, los libros, da la impresión de que Auster se autorretrata o pone parte de su vida en los personajes. Estoy segura que así es.


'La elegancia del erizo' lo adquirí más por lo que he leído sobre él, críticas en varias revistas, buenas críticas, y por la vara que me dio Xavi con que era un libro que 'yo' tenía que leer, por supuesto antes me aseguré que podía gustarme o que reunía suficientes elementos para tener esa condición. Y hasta ahora, llevo como la mitad y desde luego, sonrisas me ha arrancado ya unas cuantas...contaré más cuando lo termine.


Aunque lo leí a principios de año, no puedo dejar de hablar del mejor libro para mí de este año, bueno, de los que han caído en mis manos, y es 'El abrecartas', de Vicente Molina Foix. Merecidísimo premio Nacional de Narrativa 2007. Se convierte en uno de mis intocables.


Aunque recomiendo todos, no dejéis de lado a Eduardo Mendoza, da igual si es Pomponio, Mauricio o las elecciones primarias, La aventura del tocador de señoras o La verdad sobre el caso Savolta. De lo mejorcito de este país.


En la mesilla me espera, con permiso de Cuarto y también del curso del ayuntamiento, que ya ha comenzado: La noche del oráculo, Los girasoles ciegos y El juego del ángel.

Alguno tendrá que ser postergado para Navidad.


P.d.: sigo sin PC, pero hoy al menos escribo con libertad.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Hola a todos los que a veces os asomáis por aquí. No es que haya abandonado el blog, es que me he quedado (de momento) sin el ordenador, factor importante para poder expresarme por aquí. Furtivamente, desde el trabajo, cuelgo estas pocas líneas para que lo sepáis.

Mientras, la política anda algo revuelta en Elche, el curso está próximo a comenzar, Irene entró en Periodismo, por fin, y Elena también se viene a la UMH con Ciencias Ambientales. Así que las tres estaremos estudiando en el mismo lugar. Cuando recuperemos el PC no sé cómo nos organizaremos, haremos turnos. Para entonces, el blog volverá a tener vida. (Ahora viene lo complicado, colgar esto en el blog, sin que me vean, quiero decir). Y es que mi vida, me he dado cuenta, depende mucho de las NN.TT.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Cumpleaños feliz

Felicidades, Carolina. Disfruta el día de tu cumpleaños, que se hace largo hasta el próximo.

martes, 2 de septiembre de 2008

Septiembre



No sé si el uso que le doy al blog es el correcto, pero es así como me gusta. A veces hablo de cosas que me llaman la atención en los medios, otras, os cuento algo de mí, como es el caso.


La inevitable vuelta al trabajo llegó. No sé si sufro el síndrome posvacacional que dicen, creo que lo tengo todo el año, lo que sí sé es que mi trabajo no me apasiona, por eso estudio, para ver si doy con algo que me motive más. Aun así, septiembre se presenta como un mes intenso. Comenzaré un curso que me va a tener ocupada cerca de tres meses, con lo que el inicio del curso universitario se me hará cuesta arriba. El del ayuntamiento es un curso de promoción en mi puesto de trabajo, ya sé que digo más arriba que no conecto en exceso con mi labor, pero todo lo que sirva para mejorar bienvenido sea. Me interesa más la universidad, pero tampoco quiero descuidar lo que supone mi nómina a final de mes. Intentaré organizarme para poder asistir también a las primeras clases tal y como hago desde hace…TRES AÑOS YA. Quién me iba a decir allá en septiembre de 2005 que llegaría a cuarto curso. No tenía mucha gente a mi alrededor que apostara por mí, yo la primera, si acaso, un par de personas.


Y es que mi vida en tan sólo cinco años ha dado un giro de 180 grados para mejorar. Cogí el hábito del estudio con las oposiciones y una vez conseguida la plaza ya no lo quise soltar. Así que la forma de aprovecharlo era matricularme en la universidad. Dio la casualidad que por entonces empezó Periodismo en la UMH, carrera que desde niña siempre me hizo ilusión cursar. Así que hasta hoy, todo ha venido rodado. Sin olvidarme de la ayuda de mis compañeros que, sin ellos, habría sido imposible llegar hasta aquí. Y a las dos personas que apostaron por mí, al día de hoy ya se ha sumado alguna más.


Como dicen los políticos comienza el curso, en este caso los cursos, el del trabajo y el universitario. El político se lo dejo a ellos.