domingo, 2 de noviembre de 2008

Corrupción urbanística


La corrupción política/urbanística no es flor de un día. Cuando en España se descentralizaron lo servicios, las Comunidades Autónomas pasaron a gestionar éstos, así como también los ayuntamientos. A pesar de recibir dinero de los presupuestos del Estado, en los municipios el dinero vuela, por tanto, la forma de conseguirlo es a través de impuestos indirectos que, normalmente, sale de decidir qué suelo es o no urbano.

La pillería asomó por parte de constructores y promotores que pagaban para obtener suelo urbanizable. Y el dinero es goloso. El principio y más famoso caso fue Marbella. Pero después vendrían otras tantas localidades españolas: Andratx, Estepona, Mijas, Hellín, Orihuela, Torrevieja, Cullera, Navalcarnero, Águilas, San Javier…y sin olvidar Seseña y su famoso creador: ‘El Pocero’.

Son pocos los rincones que se escapan en la Península sin que haya habido casos de corrupción. La ONU también alertó en su día sobre la especulación urbanística en España. Marbella abrió la caja de los truenos o, en su defecto, de Pandora, pero luego serían muchas poblaciones más. Los últimos casos que hemos vivido en la provincia de Alicante son Bigastro y pocos días después San Fulgencio. El Alcalde de Bigastro ha dimitido de su acta. Motivos tendrá. Pequeños lugares donde se han edificado verdaderas urbes dentro del pequeño pueblo. ¿Cómo es posible? ¿Se pueden hacer 3.000 casas sin contar con los servicios mínimos que exige la ley? Agua, accesos, urbanizar calles…

La justicia hace lo que puede, algunos alcaldes, como máximos mandatarios, acaban entre rejas, otros están en procesos de juicio, aun así, se sigue sucediendo diariamente esta enfermedad que como mal común tiene lo que otras muchas: el dinero. Cuánto sabía Quevedo de este asunto hace ya varios siglos.


1 comentario:

LEC dijo...

No hace falta irse tan lejos para buscar un presunto delito de corrupción urbanística. El alcalde de Hondón de los Frailes está teniendo problemas juidiciales en este sentido. Y en otros pueblos pequeños de la provincia, los gobernantes son acusados por ciertos colectivos vecinales y/o políticos de pensar más en los beneficios que para el bolsillo tiene el ladrillo que en el bienestar general.
Un abrazo, Marisol