Un día en Portugal

Anxo en su mitin

En campaña electoral todo vale, o eso al menos es lo que dice un grupo de pensionistas gallegos que pensaban que pasarían un día de excursión en el país vecino, Portugal, y se encontraron en un mitin del candidato por BNG, Anxo Quintana. Engañados como borregos para meterlos al corral.

No sé si hay sequía de personas que acuden a los mítines, por lo aburridos que deben ser, y por este motivo cargan contra la Tercera Edad, una baza segura, a la hora del voto. De pedir o de comprar el voto. Aprovecharse de una situación. Afortunadamente, los mayores se dan cuenta de estas manipulaciones y aquí queda la denuncia que hicieron en la prensa. El viaje a Portugal será para otro día, seguramente después de las elecciones.

Escapada

He estado de visita rápida por la Ciudad Condal. El objetivo era salir y tomar aire fresco tras los exámenes. Carol, Lore y Sirvent se fueron el lunes, y el martes me incorporaba yo. Una buena ocasión para visitar a Xavi.

Aprovechando que estábamos allí fuimos al programa de Buenafuente del martes 17. Lo pasamos realmente bien. A la entrada nos requisaron las cámaras de fotos y tuvimos que firmar un documento en el que cedíamos gratuitamente los derechos de imagen. Cosas de la tele.

El plató, coquetón, más pequeñito que se ve por la pantalla, el carisma de BF, las ocurrencias de Berto, los guiones, diálogos, todo genial. Pero si algo me llamó la atención, después del examen de Tecnología, fue ver la práctica de la teoría que habíamos estudiado, la de los cambios de ejes entre las cámaras, así como del travelling que se movía más que las culebras. Fui como espectadora y acabé más interesada en la parte que afecta al Periodismo.

El miércoles dio para mucho, había que concentrar el tiempo para abarcar cuanto más, mejor. Así que hicimos subida al Parc Güell como primer objetivo. Bajada a la Pedrera, metro a la Sagrada Familia y bajada al Born a buscar sitio para comer. Mi tren salía por la tarde, así que hubo que hacer la vuelta rápida en todos los sitios.

Ellos vuelven hoy, esta mañana iban a ver algo original que me da mucha envidia, pero las obligaciones en el trabajo no me permitían quedarme más tiempo. Pero esta historia ya es de ellos, si quieren que la cuenten y así nos enteramos de los detalles.

...pero del güeno

¿Es posible escribir así? Se le da mejor los dibujos que las palabras. Que conste que no es por dar publicidad a ningún tipo de drogas, la esencia del texto no importa, pero sí el daño que hace a la vista.

Una lección de clase en el escenario

Foto: M. Abellán

Una persona cercana a mí me dice en algunas ocasiones que en la vida hay que vivir ciertas cosas a la edad que corresponde, quemar las etapas cuando todavía hace ilusión y en el momento justo.

Pero, ¿cuándo es el momento justo? Creo que es cuando se puede, más que cuando toca. Lo digo porque anoche cumplí una de las cosas que quería hacer hace años. Muchos años. Ver a Jaime Urrutia tocar en directo. La música española de los ochenta ha quedado marcada ya como un referente, quizá sea de lo mejor que ha existido en España. ¿Alguien recordará dentro de veinte años canciones de Bustamante, Soraya o de cualquier ‘cantante’ de ese estilo? Sin embargo los jóvenes de hoy conocen a Mecano, Loquillo, Urrutia, Alaska, La Unión, Revólver, Ilegales…la lista es larga.

Urrutia salió al escenario con su vestimenta característica, el mismo aspecto de siempre, poco ha cambiado pese a sus ya cincuenta años. Y nos deleitó. Cantó todo lo que tenía que cantar y más. Explosión con Tócala Uli, El calor del amor en un bar, Cuatro rosas o Caray. Las canciones de siempre con un gran sonido. Si se le nota en algo el paso de los años, quizá sea en que a veces se le quiebra la voz, al estilo Sabina, pero dando un aire de madurez encantador.

Un sueño cumplido y creo que disfruté tanto o más que si lo hubiera visto hace veinte años. Nunca es tarde para quemar etapas.