Uno de julio. La fecha señalada para muchos y muchas. Las rebajas llegan por fin, y con ellas la triste realidad. De unos años a esta parte, el que quiera darse una vuelta dos días antes del comienzo de los chollos, para tener visto lo que quiere comprarse al día siguiente verá que la ropa ‘bonita’ está en carros distintos de los que, sin duda, ocupará la que se rebaja. Esto se debe a la maravillosa idea de hacer coincidir la ropa de ¿temporada? con el inicio de las rebajas.
Así, las prendas de mejor calidad no salen a subasta, y para acallar a los inspectores de consumo, que se dan una vuelta para ver que realmente los artículos están rebajados, sacan la porquería acumulada de años y años anteriores, la revuelven en la misma tienda y dar la impresión de que ahí en los montones están las auténticas gangas.
Si lo que se quiere comprar es un producto de mejor calidad hay que tragar con la ‘New colecction’ y pagar más dinero. Es incomprensible que el 1 de julio, ropa de verano o zapatos, complementos, pasen a ser objetos de nueva temporada cuando estamos en la temporada de llevar esas prendas. Vamos, que me parece una vergüenza esperar a las rebajas para no encontrar nada o pagarlo más caro que en abril o mayo. Así que para entretenerse es ir, mirar y largarse.
1 comentario:
¿Cónclusión? Sólo merece la pena las rebajas en las marcas que mantienen la misma ropa siempre, te hacen una pequeña rebaja (siempre por debajo del 20%), aunque eso sí mantienen la calidad.
Ahora, tontos somos de seguir yendo a los montonces con la confianza de encontrar lo q no existe: la ganga!
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